Este es otro de los rituales de prosperidad más efectivos que encontrarás, pues hace uso de una piedra como amuleto para la suerte, lo que te ayudará a atraer la prosperidad a donde quiera que vayas. La clave de este ritual es la concentración y el correcto entendimiento de cómo funciona este hechizo. Solo entonces entenderás como atraer la prosperidad. Cuando hayas completado el ritual, lleva la piedra contigo. Con el tiempo comenzarás a conseguir lo que quieres. Este hechizo realmente funciona.
Lo que necesitarás:

El hechizo:
Este ritual de prosperidad no requiere de palabras especiales. Solo concentración y visualización. En primer lugar necesitas meditar sobre lo que quieres atraer. Algo así como 5 minutos será suficiente. Ah

Verte el agua en el cuenco. Enciende la vela y el incienso. (Asegúrate de tener todas las cosas que necesitas contigo.) Sujeta la piedra en tu mano. Concéntrate en la prosperidad que quieres atraer. Pasa la piedra a través de la llama 3 veces. A continuación, ponla en el agua. Pon tus manos sobre el cuenco. Luego quita la roca fuera del agua y espolvorea las hierbas sobre ella. Después de haber hecho eso, pon la piedra en un recipiente seco. Visualízate a ti mismo consiguiendo lo que deseas. Entonces unge la roca con el aceite y pon la piedra de nuevo en el recipiente seco. Espolvorea un poco de sal sobre la piedra. Concéntrate más. Luego, envuelve la piedra en el paño y déjala allí durante al menos 24 horas. Deja que la vela y el incienso se quemen completamente. Desecha el agua. ¡Éxitos!

Para hacer este ritual, consigue una vela vela verde, aceite de menta o madreselva y un poco de dinero falso (puede ser dinero de algún juego de niños). Usa la denominación más grande de dinero falso que puedas conseguir.

Dos días antes de la luna llena, pon la vela verde en tu altar o lugar de trabajos espirituales. Talla varios signos de dinero ($) en la vela, mientras visualizas una vida más próspera. Unta la vela con el aceite, frotando desde la mecha hasta la base. Colócala en un soporte a prueba de fuego y ubica la vela en el medio de tu altar. Enciende la vela. Distribuye tu “dinero” frente a la vela encendida. Ordena tu dinero falso por denominación, o en pilas según cada deuda o gasto que te preocupe en este momento. Tómate por lo menos cinco o diez minutos en pensar en cómo vas a usar responsablemente este dinero. Luego apaga la vela.

La siguiente noche, enciende la vela de nuevo y dispón el “dinero” sobre tu altar una vez más. Concéntrate en tu deseo y después de diez minutos, apaga la vela. La tercera noche, la noche de la Luna Llena, haz el ritual otra vez, pero esta vez deja que la vela se consuma por completo una vez que hayas terminado de ordenar el dinero.

Mezcla cantidades iguales de las siguientes hierbas: Manzanilla, caléndula, hisopo, jazmín, canela, clavo de olor, jengibre y nuez moscada.

Combina todas las hierbas con tus manos mientras les transmites tu energía y tu pedido. Espolvorea el polvo en tu bolso, cartera, buzón de correo, o en cualquier lugar donde podrías esperar recibir el dinero. Frota el polvo sobre tu dinero antes de gastarlo para que pronto vuelva a ti. Utiliza este polvo en cualquier conjuro de dinero o hechizo para atraer la prosperidad, frotándolo sobre velas, quemándolo en tu incensario, o poniéndolo en sobres.

Aquí concluye esta selección de rituales para la prosperidad. Sigue navegando esta web para descubrir todo tipo de rituales, y muchas más recetas caseras para atraer el amor, el dinero y la salud.

Los antiguos conocían el uso de los filtros, e invocaban, al componerlos, a las divinidades infernales. Apuleyo, que consiguió el amor de una rica viuda en Cartago, fue sospechoso de haber utilizado un filtro mágico para sus fines. Se aseguraba igualmente que lo había confeccionado con peces, ostras y patas de cangrejos. Los parientes de la viuda lo llevaron ante los tribunales, pero Apuleyo ganó.

La base de los filtros procedía evidentemente de algunas substancias afrodisíacas, como el polvo de cantáridas, pero habitualmente se solía mezclar con otras substancias, como el pescado, llamado Remora, algunos huesos de rana, y, sobre todo, el hipomano. Según otro autor antiguo, para componerlos se utilizaba también el llamado «sperma viril», la sangre menstrual, restos de uñas, de metales, de reptiles, de vísceras de peces y pájaros, mezclando a esto incluso algunas reliquias que estaban compuestas de ornamentos de las iglesias.

También existían otros encantamientos que se efectuaban por medio de la palabra, en verso o en prosa, y se obtenían resultados maravillosos, aunque con frecuencia podían ocasionar unos dobles efectos, como veremos a continuación.

Una mujer tenía sus ojos enfermos, y marchó a una escuela pública para pedir a un escolar algunas palabras mágicas, que tuvieran el poder de actuar sobre su mal y curarla, para lo que le prometió una recompensa. El escolar le dio un billete envuelto en un pedazo de tela, y le prohibió abrirlo. La mujer lo llevó sobre ella como un talismán y se curó. Una vecina, que tenía la misma enfermedad, pero que no pudo aguantar la curiosidad de abrirlo, leyó en su interior, «que el diablo cierre tus ojos», y se quedó ciega.

Se dice también que encendiendo cierta lámpara, un brujo excitaba a todas las personas que estaban en la misma habitación, y las obligaba a bailar delante de él, por muy serias y reservadas que fueran.